Ubicación: Bruselas, Belgica.
Arquitectos: José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún
Obra: Pabellón Español en Bruselas
Año: 1958
El Pabellón Español en la Exposición Universal de Bruselas de 1958, conocido como Pabellón de los Hexágonos de José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún fue construido en 1958 durante la Exposición Universal de Bruselas para representar a España. Un año después, se desmontó y trasladó a la Casa de Campo, en Madrid, como nuevo pabellón para el Ministerio de Agricultura. El Pabellón de los Hexágonos representa uno de los mejores edificios de la arquitectura española del siglo XX y obtuvo la Medalla de Oro de la Expo.
La parcela en la que debería asentarse el pabellón se encontraba en una colina, haciendo esquina con la Avenida de Europa y la Avenida de Trembles, era de forma irregular y tenía un importante desnivel (que llegaba en algunos puntos a los 7 m), en la misma había varios árboles muy frondosos que debían conservarse y no se podía ocupar más del 70% de la misma. El pabellón tenía que estar diseñado para poder reconstruirse en España al finalizar la exposición universal, por lo que los arquitectos optaron por un sistema constructivo prefabricado, de pocos elementos, que se pudiera construir con rapidez y desmontar sin dificultad. La construcción comenzó a principios de 1957 (se encargó la empresa constructora belga E. Latoir), y aunque se alargó algo más de lo previsto, a principios de 1958 se realizó la instalación interior.
El contorno del pabellón era una línea quebrada en respuesta a las singularidades de la parcela.
El cerramiento mayoritario era vidrio montado en bastidores de aluminio anodizado, en color natural, de 3 x 1 m (perfil belga tipo Chamebel), y algunas partes eran muro de ladrillo cerámico cara vista; se conseguía así una marcada dualidad entre partes transparentes y opacas. El suelo del pabellón era una solera de hormigón pavimentada con baldosas cerámicas hexagonales. En planta los árboles estrangulaban el pabellón en el centro, donde se situaba la entrada, que solo tenía 3 m de altura porque sus ramas pasaban por encima de la misma. La altura del pabellón era variable, pero la más habitual era de 5 ó 6 m.
El interior se organizó en dos alas ("España en sí misma" y "Proyección de España en el Mundo"), con el restaurante, la terraza y el acceso en el centro. Una parte del pabellón tenía un semisótano ocupado por los aseos, camerinos y almacenes.Corrales y Molezún propusieron un sistema modular en el que el elemento básico es un "paraguas" hexagonal, de 6 m de diámetro y 6 m de alto (3 m de lado), ligero, repetible y autónomo, que permitiera una gran elasticidad en planta, con una esbelta columna central de acero galvanizado, apoyada sobre una arqueta-cimiento de hormigón, que sustentaba una cubierta de paneles de fibras de madera y cemento (tipo Durisol). Para adaptarse a la pendiente de la parcela se realizaron banqueos de 1 m de alto, que además de variar la cota del suelo del pabellón permitían abrir lucernarios.
La columna central era tubular, tenía un diámetro exterior de 133 mm, un espesor de pared de 12 mm y permitía desaguar a través de ella el agua de lluvia recogida en cubierta. En la base del tubo una placa triangular de acero, reforzada con cartelas, anclaba la columna con tres redondos de extremo roscado y tuerca y contratuerca a la cimentación (permitiendo también la nivelación), en lo alto de ella se reforzaba el tubo con seis cartelas soldadas al mismo, y se dejaban 6 ranuras para introducir la corola de la cubierta, a estas cartelas se roblonaban los 6 perfiles "en T" que estructuran el hexágono de cubierta, que se subdivide en tímpanos triangulares para el apoyo de las placas de madera-cemento y la posterior impermeabilización.
Pero si el pabellón destacaba por su racional, simple, ingenioso y sincero sistema constructivo aún lo hacía más por su gran riqueza espacial interior, percibiéndose este como un bosque de luz de esbeltos árboles que permitían una gran diafanidad. Los diferentes niveles del suelo, debidos a los banqueos, se salvaban mediante escaleras de acero y madera y ayudaban a definir diferentes áreas, sin prescindir de la continuidad espacial de todo el pabellón.
El mobiliario interior se diseñó siguiendo la unidad formal del pabellón, las mesas y las vitrinas son también hexagonales, en acero, vidrio y madera. Las sillas y los taburetes también se realizaron en el mismo tubo cuadrado de acero como las mesas y vitrinas. Una red hexagonal suspendida 80 cm del techo cumplía una doble función: arriba se situaban ocultos a la vista, tubos fluorescentes que iluminaban el techo y proporcionaban la iluminación indirecta general (complementada con luminarias puntuales sobre piezas singulares) abajo tubos infrarrojos eléctricos aportaban calefacción durante las primeras horas del día, reduciendo además la humedad ambiental.
Las vitrinas también estaban provistas de iluminación indirecta por fluorescentes miniatura de 16 mm de diámetro, ocultos en su estructura tubular de acero. Las columnas y las cartelas de la corola estaban pintadas en gris oscuro (mobiliario y barandillas también), los perfiles de la triangulación de los tímpanos eran gris claro, los tímpanos se pintaron en blanco y la red hexagonal de iluminación en gris-negro; el suelo era ocre (color polvo).Posteriormente, Corrales y Vázquez Molezún reconstruyeron el pabellón en el recinto de la Feria del Campo. Sin embargo, el terreno en donde se construyó no tenía las mismas características, por ese motivo, dispusieron los elementos en agrupaciones lineales de poca anchura, creando dos patios interiores cerrados y uno abierto con circulaciones por ambos lados, con ello se perdió el espacio continuo y la estructura escalonada que caracterizó la instalación de Bruselas.